Si tienes hijos mayores que no hayan gateado, seguramente al leer el título hayas pensado «pues mi hijo no gateó y no pasa nada».  Y seguramente sea cierto. Seguramente tu bebé no tuvo la necesidad de gatear y por eso no lo hizo. Pero este artículo no pretende analizar «qué pasa cuando un bebé no gatea».  Lo que pretendo con este artículo es explicar las razones por las cuales el gateo es positivo y necesario en aquellos bebé que sí lo necesitan. En mi práctica profesional me he encontrado con niños que presentaban ciertas alteraciones de la postura a una (sorprendente) temprana edad. Al realizar la valoración inicial, se intuía que el niño no había podido pasar por las diferentes fases, explorar su cuerpo, integrarlo, y ser capaz de investigar cómo éste funciona.

LOS BEBES NECESITAN GATEAR

Los adultos vivimos muy deprisa, y a veces esta prisa la trasladamos a la crianza de nuestros hijos. El riesgo en este sentido es que interferimos en la forma en la que el cuerpo y la psique de nuestros hijos se va desarrollando. Para ponerse en pie, un bebé necesita haber reptado, volteado, y haberse sentado por sí mismo. Lo necesita para que su columna haya adquirido una serie de curvas (lordosis y cifosis), que permitan que cuando se ponga en pie, el peso se reparta adecuadamente. Lo necesita para que la musculatura profunda de la columna vertebral se active adecuadamente, y sea capaz de mantener su columna erguida una vez que ésta se ponga en contra de la gravedad. Y lo necesita (entre otras muchas más razones), para adquirir un patrón de movimiento coordinado, que ayude a conectar los dos hemisferios cerebrales.

[Tweet «Por qué deberías permitir que tu #bebé gatee #fisioterapia #desarrolloinfantil»]

No me suele gustar explicar el desarrollo del bebé mes a mes, porque esto genera cierta inquietud entre las familiasTORRE DE PISA cuyos bebés aún no han alcanzado una fase. Lo natural es que cada bebé tenga un ritmo diferente, es decir, el desarrollo normal del bebé no consiste en una carrera en la que a cada mes deba conseguir un hito. Igual que el crecimiento corporal del bebé no es igual en todos los bebés, tampoco lo es su desarrollo motor. Como decía al principio del artículo, hay bebés que no gatean, porque no lo necesitan. Suelo poner como ejemplo la Torre de Pisa. El cuerpo es como un edificio que vamos construyendo ladrillo por ladrillo. Si los cimientos no están adecuadamente, los pisos más altos se resentirán. La base de nuestra salud postural es la utilización que hacemos de nuestro cuerpo, y esta utilización corporal se basa en gran medida en el aprendizaje que realizamos en nuestros primeros años de vida.  

[Tweet «Lo normal es que cada #bebe tenga un ritmo diferente de #desarrolloinfantil»]

En este vídeo se representa cómo el bebé va descubriendo cada parte de su cuerpo, las sensaciones y la función de cada segmento y cómo poco a poco lo va integrando en movimientos globales.

 

Por último, decir que existe una progresión en la forma en que los bebés aprenden a gatear. Como ya sabemos, son grandes exploradores que necesitan ir probando cómo funciona su cuerpo. Empiezan con movimientos más imprecisos y torpes, y a fuerza de repetir y repetir, se va mejorando la precisión y la energía empleada en hacer un movimiento. Antes de empezar a gatear es importante que dominen los volteos, porque esto les va a dar más estabilidad a su tronco, y les va a ayudar a tener mas control de su cuerpo. Al principio empezarán reptando, es decir, avanzando con sus brazos, sin que las piernas apenas intervengan. Luego coordinarán el movimiento de las piernas con el de los brazos sin levantar todavía el tronco del suelo. Unas semanas o meses después se pondrán a cuatro patas, permanecerán así un rato, pero cuando tengan que avanzar bajarán «cuerpo a tierra», porque en este momento todavía será más práctico y rápido para ellos. Y finalmente, a prueba de probar y mejorar su equilibrio conseguirán coordinar el apoyo de una mano con el de la rodilla contraria para empezar a avanzar gateando.

Hay bebés que aparentemente se saltan una fase y luego » vuelven». Es decir: reptan solo con brazos, luego reptan con brazos y piernas, se ponen a cuatro patas y (sin haber gateado) se ponen de pie agarrados a un mueble e incluso empiezan a dar los primeros pasos. Permanecen unos días practicando esta hazaña y a continuación vuelven a las 4 patas y empiezan a gatear. Esto no debe interpretarse como un retroceso, sino al contrario. He comentado mas arriba que los bebés juegan con su cuerpo, van y vienen, juegan y exploran, y todo ello forma parte del desarrollo normal. Nuestra función como adultos es observar, respetar y acompañar cada uno de sus logros.

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Agradezco tus comentarios ¿tu bebé gateó o está a punto de gatear? ¿En qué aspectos crees que le ayudó a tu bebé?